Un rato más

Esta es mi última publicación en el blog, me he retrasado un poco, ya estamos en otoño y mi Erasmus se acabó hace unos meses, pero aun sigo en Amsterdam.

Semanas antes de que se terminasen mis prácticas, empecé a plantearme qué quería hacer después. Podía volver a España o quedarme en Holanda si encontraba trabajo. Al plantearle al estudio donde hice mis prácticas que me gustaría quedarme, me ofrecieron un puesto de junior, no me costó mucho tomar la decisión, siempre podría volver a casa y quería aprovechar la oportunidad y seguir viviendo esta experiencia.

He pasado el verano aquí, un verano muy diferente al que estoy acostumbrada, sin necesidad de ventilador, con mucho cine al aire libre, siempre con una chaqueta por si acaso y con una manta en la cesta de la bici para echarla en el césped del parque.

Sin duda, lo que más me gusta y unos de los motivos por los que sigo aquí, es por tener la posibilidad de conocer otras culturas y formas de ver la vida gracias a la gente que me voy encontrando.  

Ya llevo 8 meses viviendo aquí, no sé cuánto tiempo me quedaré, pero como dije en la entrada anterior, no deja de sorprenderme.

Cuando el sol sale en Amsterdam

Mientras que en el sur de España estamos acostumbrados al buen tiempo y prácticamente lo damos por sentado, aquí se valora muchísimo. Puedes notar lo diferente que está la ciudad los primeros días de primavera. La gente saca mesas a la puerta de casa, cambian los bares por los parques y todo el mundo está de buen humor.

Cuando sale un rayito de sol tienes que salir de casa, no sabes cuanto va a durar o si los próximos dos días va a estar lloviendo, así que aquí se aprovechan todos esos momentos. Desde coger un barquito, ir a nadar o pasar el día en el parque, esos están siendo mis planes cuando el clima lo permite.

Sin duda estoy viendo otra cara de Holanda, pero no solo en Amsterdam, también he visitado ciudades cercanas como Utrecht, Leiden o Haarlem, ciudades más pequeñitas que comparten el mismo encanto, y otras algo más alejadas como Rotterdam o Eindhoven, con una arquitectura más moderna y donde el diseño es una gran prioridad.

También he podido celebrar King´s Day, una de las fiestas más importantes del país en la que se celebra el cumpleaños del rey, todo el mundo se viste de naranja y las calles se llenan de música.

En resumen, sigo sorprendiéndome y aprendiendo cada día y espero que siga siendo así.

¡Os contaré un poco más en la siguiente entrada!

Bicis y mucha agua

¡Hola, Hola!

Os escribo esto desde la OBA (Biblioteca Pública de Ámsterdam), la biblioteca más grande de los Países Bajos. Irse de Erasmus de prácticas en 4º también puede significar que te coincida con el TFG, ese es mi caso. Ya que hay que ponerse con ello, mejor hacerlo en un edificio con cientos de libros sobre diseño.

Llevo en Amsterdam aproximadamente un mes, y llegar aquí ha sido todo un proceso. Empezó hace unos siete años, cuando vine de viaje de estudios en segundo de bachillerato. Me enamoré de la ciudad, su forma de vivir el espacio público, el valor que tiene el diseño, los canales… Así que años más tarde decidí volver para hacer unas prácticas, esto fue el verano pasado. Ahí confirmé que me encanta su forma de vida, sobre todo el balance trabajo-vida personal. Por lo tanto, qué mejor que tomar la oportunidad que brinda el programa Erasmus para hacer mis prácticas de la carrera aquí.

Con esa idea comencé a buscar estudios en la ciudad. Es un proceso largo y en ocasiones muy frustrante, pero antes o después sale algo. Lo que hice fue redactar una carta de presentación para mandarla a los estudios que me interesaban, según su enfoque o especialización cambiaba algo de la carta para hacerla más específica y personalizada. En esa carta comentaba cuál es mi formación, qué áreas del diseño me llaman más, en qué me gustaría especializarme o qué me gustaba de su estudio.

Tras un par de meses de búsqueda, algunas entrevistas, y muchísimos correos, al fin conseguí unas prácticas en un estudio que me llamaba mucho la atención. Se dedican a diseñar museos y exposiciones, algo que siempre me ha interesado.

Como ya os he comentado, ya estuve viviendo aquí durante el verano pasado, así que este tiempo ha significado reencontrarme con los amigos que hice, conocer a gente nueva, comenzar las prácticas y, por supuesto, ir en bici a todas partes, sin importar que esté soleado, lloviendo o incluso nevando.

Amsterdam es el sueño de cualquier diseñadora, una ciudad que respira diseño, desde los carteles de la calle, hasta los museos, las tiendas de mobiliario o su arquitectura, un lugar en el qué siempre hay algo que hacer y que espero seguir descubriendo durante los próximos meses. ¡Ya os contaré!